Durante décadas, al yogur se le ha reconocido su capacidad para prevenir y curar la diarrea. El yogur elimina las bacterias que causan trastornos intestinales y las investigación más recientes muestran que la actividad antibacteriana del yogur puede alcanzar a todo el organismo al estimular el sistema inmunológico. Incluso mata a la bacteria que causa el olor corporal. Cuando se toman antibióticos, el consumo de yogur ayuda a reparar la flora intestinal, especialmente si es bífidus, y durante los viajes resulta preventivo de las inesperadas diarreas.
Este producto lácteos además reduce significativamente la susceptibilidad a las alergias al polen, fiebre del heno y los resfriados, si se comienza a consumir tres meses antes del inicio de la época del polen o la estación fría. Para obtener el máximo beneficio se puede tomar durante todo el año. También ejerce actividad antiviral y contra el cáncer. Estimula los anticuerpos del sistema que luchan contra la infección y atacan a virus y tumores. Lo yogures que contienen Acidophilus ayudan a prevenir las infecciones por hongos y pueden reducir la incidencia de cáncer de colon.